Cuando comencé a bloguear —allá para el 2011— no pensaba en una cantidad específica de palabras para cada artículo. Con la práctica, descubrí que en 300 palabras podía explicar un concepto bien sin extenderme. Aprendí a decir más con menos. Las 300 palabras son solo una guía, no escribo exactamente 300 palabras, sino un aproximado.
En el 2016, hice un experimento de escribir #100palabras todos los días. Logré hacerlo durante 77 días y escribí 7,700 palabras en total. El reto adicional fue que decidí que fueran exactamente 100 palabras, por lo que tuve que editar para lograr la meta. Originalmente usé el número de 100 palabras como una guía, no pretendía escribir exactamente 100 palabras, pero el experimento mismo evolucionó y decidí retarme como editora para lograr exactamente 100 palabras en cada escrito. Esa parte me encantó. En octubre de 2018, mientras navegaba en la internet, descubrí la iniciativa de #Blogtober. La idea es escribir un artículo diario en el blog durante todo el mes de octubre. Logré escribir 22 artículos en 31 días. Me gustó la idea de proponerme escribir para el blog con más frecuencia. Por eso en diciembre, repetí el ejercicio durante los #12díasdeblogmas, otra idea que encontré en internet. El término surge de blog + Christmas = blogmas. La idea es escribir durante 12 días en diciembre y yo me propuse hacerlo del 1 al 12 de diciembre, aunque solo escribí durante nueve días. Todos estos son experimentos que hice con mis escritos. Algunos fueron a propósito y de otros me di cuenta en el camino. Es cuestión de refrescar la pasión por escribir pues es fácil caer en rutinas y abandonar los escritos. No siempre cumplí las metas, pero las intenté y no perdí el ánimo de escribir, pues es lo que me encanta. Si te inspiras a experimentar con tus escritos, algunas maneras de hacerlo son:
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Mucho se habla sobre la redacción creativa, pero generalmente se usa cuando se habla de novelas, cuentos cortos y los géneros de ficción. Sin embargo, todo escrito, independientemente de si es un texto académico, educativo, informativo, un artículo del blog, un libro de recetas o unas memorias, son textos creativos por la manera en que se comunica el mensaje. La combinación de palabras, el orden en que se expresan las ideas y la intención de la autora son todas maneras en que se utiliza la creatividad para escribir. La creatividad de un escrito tiene que ver tanto con el mensaje como con la manera en que se cuenta la historia. La creatividad de un escrito tiene que ver tanto con el mensaje como con la manera en que se cuenta la historia. La idea de este artículo surgió cuando pensaba si debía diseñar un programa de redacción creativa. Pensé que si uso ese término pensarían que me refería únicamente a escritos de ficción; sin embargo, lo que tengo en mente es más bien para escritos de no ficción. Para eso pienso en la historia oral y la manera en que nuestros padres y abuelos nos contaban las historias de su infancia pues, aunque eran ciertas, eran cuentos entretenidos y que muchas veces compartían una gran lección de vida. Eso es narración creativa de no ficción. ¿Cómo utilizas la creatividad para contar tu historia? Como todo lo que es importante, a escribir también hay que asignarle tiempo y al hacerlo aumentas la probabilidad de cumplir la meta de escribir. Mira tu agenda diaria, semanal o mensual y asigna tiempo para escribir. Puedes separar 30 minutos en la mañana o en la noche, dos horas en el fin de semana o un día al mes. Tanto en una agenda en papel como en una agenda electrónica, escoge un color para marcar ese tiempo de escribir. De esa manera, cuando mires tu agenda se te hará fácil identificar el tiempo que asignaste a la tarea de escribir. Una vez asignes ese tiempo, lo próximo es cumplir con la tarea. También es buena idea identificar cuánto quieres escribir durante ese tiempo. Por ejemplo, puedes escribir 300 palabras en una sesión de 30 minutos, 1,500 palabras en una sesión de dos horas o 5,000 palabras en un día. Todas esas son guías que dependen de cuán rápido escribas, si ya tenías un índice de temas para escribir o si tienes que hacer una lluvia de ideas antes de escribir. Por lo tanto, no tomes esa cantidad de palabras como una regla sino como una idea de lo que te puedes proponer en cada sesión de escritura. A largo plazo, la idea es crear el hábito de escribir con cierta regularidad y así siempre tendrás material para compartir en tu blog o tu libro. Camino casi todos los días desde hace 21 meses y se me hace más fácil caminar todos los días que asignar días específicos a ese ejercicio. Al principio no lo comprendía, pero con el tiempo me di cuenta de que siento menos presión si pienso que caminaré todos los días aunque hay días en que no lo hago. En otras palabras, siento más presión si pongo en mi agenda que tengo que caminar lunes, miércoles y viernes porque no me da espacio a fallar. Sin embargo, si me propongo caminar todos los días y fallo de vez en cuando se me hace más fácil regresar a la rutina. En octubre de 2018, hice un reto de escribir todos los días en el blog durante una iniciativa titulada #blogtober. De los 31 días que tiene el mes de octubre, escribí durante 22 días. En diciembre hice un ejercicio similar, pero en esta ocasión el reto era escribir solamente durante los #12díasdeblogmas. Pensé que tras escribir 22 artículos en 31 días en octubre, escribir 12 artículos en diciembre sería mucho más fácil. Sin embargo, de los 12 días, solo logré escribir durante ocho. Para el comienzo del año preparé el calendario editorial y pienso que debo usar la misma estrategia que uso para caminar. En otras palabras, debo proponerme escribir todos los días porque así crearé escritos con más frecuencia y tendré más información que compartir. Sin embargo, sé que ese reto no es real; por lo tanto, puedo proponerme escribir con más frecuencia aunque siga publicando semanalmente porque así tendré artículos para todas las semanas del año. ¿Cuál es tu estrategia para atender tu blog o tu libro en el 2019? ¿Aceptarías el reto de escribir todos los días? La verdad es que hay días que hasta cinco minutos parecen imposibles de conseguir. Son días de tanto ajetreo que cada segundo cuenta. Eso lo entiendo, pero para los días en que sí puedes encontrar cinco minutos, aquí te brindo una idea de cómo los puedes aprovechar. Si dedicas cinco minutos a escribir de manera automática, sin parar y sin pensar si tiene sentido o la idea está completa, podrás completar un escrito de algunas 300 palabras, según la rapidez con la que manejes el teclado. Si cada vez que tengas ese rato disponible, lo aprovechas para escribir, te sorprenderás de lo mucho que puedes producir. De hecho, te darás cuenta de lo largos que pueden ser cinco minutos porque, llegará el momento en que, por más que escribes, sientes que el tiempo no pasa y que te falta mucho tiempo para completar los cinco minutos de escribir. Escribí este artículo, precisamente, haciendo el ejercicio de escribir sin parar durante cinco minutos para ver qué otras ideas se me ocurren para compartir contigo por el mero hecho de escribir durante ese tiempo sin editar mis pensamientos. Solo copié como si mi cerebro les estuviese dictando directamente a mis dedos. Eso permite que mi mente no cancele una idea porque parece tonta antes de que mis dedos la escriban. Ya habrá tiempo para editarlo, corregir errores del teclado y evaluar si las ideas son buenas o no, pero durante este ejercicio, lo que quiero es que escribas y luego cuentes las palabras que puedes escribir durante esos cinco minutos. Si esto te funciona, puede ser una nueva estrategia para crear los artículos de tu blog. En ese caso, puedes añadir esta estrategia a la fórmula para las entradas de tu blog. Con este ejercicio de creación lo importante es escribir texto y tener algo que luego puedas editar. De cinco minutos en cinco minutos es mucho lo que puedes crear. Inténtalo y me cuentas. ¡Éxito siempre! Usé el artículo titulado “¿Sobre qué escribo hoy?” para crear este. Al contestar todas las preguntas que propuse al final de ese artículo, desarrollé este escrito en el que comparto mi perspectiva. Escribir es comunicar una idea y pensar por escrito. Escribo porque es mi pasatiempo y mi trabajo. Se puede escribir a mano en una libreta, en computadora o con alguna aplicación que permita dictar y transcribir. Escribir bien es importante porque permite comunicar ideas claras y concisas. Escribir para compartir experiencias tiene varios beneficios:
Escribo en este blog para ayudar a otras personas a inspirarse a escribir, porque al compartir lo que sé siento que les hago el camino más fácil. Escribir y editar son parte de mi trabajo. Escribir es soltar las ideas y editar es pulirlas. Me encanta escribir. Me encanta escoger la palabra adecuada para cada comunicación y preguntarme por qué una palabra funciona mejor que otra en cierto contexto. Escribir es montar un rompecabezas en el que cada palabra es una pieza y, todas juntas, crean un paisaje. Escribir es montar un rompecabezas en el que cada palabra es una pieza y, todas juntas, crean un paisaje. Es muy cierto que uno mejora con la práctica. Basta leer algo que una escribió hace algún tiempo para medir cómo ha cambiado durante el proceso de la vida. A veces, una cambia posturas; a veces, aprende a usar palabras más acertadas.
Es cierto que una maestra o una editora te pueden ayudar a escribir mejor, pero puedes mejorar por tu cuenta también. Algunas ideas para lograrlo son:
Para encontrar a tus lectores, piensa en tu círculo de amistades en persona o en línea y evalúa a quiénes les interesa tu tema o pregúntales directamente si leerían un escrito sobre tu tema. Luego, envíales tus escritos para que te den su opinión. Así te vas dando a conocer por tus escritos y aumenta el interés por leerte. Sigue compartiendo lo que escribes y con el tiempo, verás que has desarrollado un público lector. ¡Éxito siempre! Decidí compartir esta lluvia de ideas cuando me percaté de que quiero escribir un artículo para mi blog, pero no se me ocurre un tema. Entonces pensé que quizás te ocurre igual y quiero darte opciones para resolver la situación con algunos ejercicios que me han ayudado. Algunos de mis ejercicios son:
Ahora te pregunto: ¿sobre qué escribirás hoy? Deja tu respuesta en los comentarios. ¡Éxito siempre! En inglés, los términos bookpreneur y authorpreneur se refieren a la persona cuyo negocio es escribir y publicar libros, o sea, empresaria del libro o autora-empresaria. Esa idea de negocio incluye también dar conferencias, tener un blog, un podcast y desarrollar productos derivados de cada libro. Por ejemplo:
En el caso de los autores de ficción, pueden crear mercancía tales como peluches y lápices de algunos de los personajes. Por lo tanto, dedicarse a escribir conlleva una mentalidad empresarial que le permite a la autora desarrollar otras ideas para generar ingresos. Todas las actividades se complementan pues puedes usar las conferencias para crear material para tu libro, en el blog puedes compartir tu experiencia como autora y fomentar una relación con tus lectores, el podcast te permite identificar un nicho y los productos y servicios derivados se convierten en fuente de ingresos adicionales. Usa los elementos que más te gusten, no tienes que tenerlos todos. Verás que, al combinarlos, en esencia, estás operando un “negocio de escribir” en el que aprovechas tus palabras de diferentes maneras para ganar dinero. Hay muchas maneras de llegar a la meta de escribir y publicar un libro. Desde luego, escribir es importante, pero también puedes lograr la meta mediante conferencias. Ofrecer conferencias es una manera de construir tu libro. Cada conferencia debe ser sobre un tema de interés para tu público. Para diseñarla, prepara anotaciones y desarrolla un discurso. Durante la conferencia, puedes medir la reacción del público, ver cuáles son sus preguntas y determinar si es un tema que interesa lo suficiente como para desarrollarlo en un libro. Cada vez que te presentes a hablar, graba la conferencia y luego transcríbela. Con ese material creas contenido para tu libro. Así, en vez de pensar en sentarte a escribir tu libro, puedes enfocarte en desarrollar tu carrera como conferenciante que, a la larga, te ayudará a crear y vender tus libros pues estarás creando un público que se interese por tu tema y esté listo para comprar tu libro una vez lo publiques. Por lo tanto, cada conferencia es un estudio del mercado. Si gusta, sigues desarrollando el tema. Si no gusta, cambias la estrategia. Como autora, debes sentirte cómoda con hablar en público pues tendrás muchas presentaciones de tu libro en la que el público te puede entrevistar y hacerte preguntas sobre el contenido. También se da la ocasión en la que el público quiera escucharte leer parte del libro. Esas actividades son importantes para crear buenas relaciones con los lectores. A hablar en público se aprende por medio de la práctica. Siempre habrá nervios, pero lo importante es darse la oportunidad de hacerlo pues, con cada conferencia que das, practicas tu habilidad de dirigirte a un público y creas contenido para tu libro. Todo lo que se escribe, de primera intención, es un borrador. Para que llegue a su versión final, debe leerse y revisarse varias veces como parte del proceso de redacción. Esa revisión aplica desde lo más sencillo, como un mensaje de texto, hasta un ensayo, un poema, o un libro completo. Lee lo que escribiste y determina si hay una mejor manera de comunicar la idea. Vuelve a escribir lo que no suene bien. Aclara ideas. Cambia el orden. No borres texto hasta tanto estés segura de que no lo vas a necesitar. Mejor, márcalo en otro color o córtalo y pégalo al final del documento. Así puedes decidir si te sirve en otra parte del texto o en otro escrito. Al editar, verifica si hay palabras mal escritas o mal usadas. Una palabra mal escrita puede ser por confundir u omitir letras. Otro error común es usar una palabra que se parece a la que realmente quieres usar. En ambos casos, usar el diccionario es la solución pues ahí puedes verificar la ortografía y la definición. Confusión de palabras:
También hay confusiones que se dan entre el inglés y el español:
Si sabes que tienes dificultad con un aspecto específico del lenguaje como puede ser la acentuación, la ortografía o el uso de los verbos, revisa cada uno en lecturas distintas. Así te concentras en un solo asunto a la vez. Comienza por el que sabes que más trabajo te da. Luego, verifica si las palabras escogidas son adecuadas. Debes escoger bien tus palabras para que comuniques una idea clara y concisa. |
la editoraLa autora de este blog, Vigimaris Nadal-Ramos, es también la dueña de Editorial Narra, una empresa puertorriqueña que brinda servicios editoriales y apoyo a los autores independientes durante el proceso de autopublicación. Aquí leerás artículos de interés para autores. Se publican artículos nuevos todos los domingos.
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