Escribir artículos de 300 palabras en mi blog es mi fórmula ganadora. Llevo seis años escribiendo semanalmente. Desde luego, he interrumpido en ocasiones por cuestiones de la vida, pero en términos generales llevo paso firme.
Por lo tanto, debo tener de 250 a 300 artículos publicados y bien guardados en un documento digital. Eso es mucho material; son algunas 80,000 palabras. Eso es suficiente texto para dos o tres libros, según el género. Además, cada tema tiene el potencial de complementar otro tema y convertirse en un curso por sí solo. Pero hoy te cuento por qué me funciona escribir 300 palabras. De hecho, no son exactamente 300 palabras en cada artículo, es solo un aproximado. (No es como cuando me reté a escribir un artículo de exactamente #100palabras todos los días. Fue tremendo ejercicio que duró 77 días.) Me gustan los artículos de 300 palabras porque permiten explicar un tema, pero no son demasiado extensos y se leen rápidamente. También me funciona publicar una vez a la semana porque es un ritmo cómodo para mí dentro de mi trabajo como editora en el que atiendo clientes, doy cursos y edito textos. Usualmente, me siento una vez al mes y escribo los cuatro o cinco artículos y luego los programo para que se publiquen semanalmente. Así aprovecho mejor el tiempo. Si me doy cuenta de que un tema me tomará más de 300 palabras, lo puedo publicar con una anotación que explique que el artículo es más extenso de lo normal o lo divido en varios artículos que salen en semanas corridas. Escribir 300 palabras a la semana es una buena manera de comenzar porque no consume mucho tiempo y permite caer en ritmo en lo que uno se acostumbra a escribir. Esto es particularmente útil para los blogueros nuevos. Y claro, con cada artículo, se va construyendo material para un libro futuro. ¿Te gusta leer artículos cortos o más largos? ¿Prefieres escribir más o menos de 300 palabras? Deja tu respuesta en los comentarios. Si en algo te puedo ayudar, escríbeme a: vigimaris@editorialnarra.com
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Una de mis actividades favoritas es hacer una lluvia de ideas con una clienta. Es una reunión en la que ayudo a la autora a identificar el libro que quiere escribir.
Generalmente, la persona sabe que quiere escribir, pero no sabe por qué ni puede diseñar el libro que quiere. Por medio de preguntas y ejercicios entramos en un proceso creativo en el que la ayudo a trazar un plan de trabajo inicial para su libro. Ese plan puede incluir elementos de mercadotecnia, de diseño, ideas para el contenido, cómo presentarlo u otros productos que se pueden crear de esa misma idea. Incluso, puede ocurrir que la idea no está lista para convertirse en libro y se puede desarrollar en forma de taller primero, pulirla y, más adelante, trabajar el contenido en un libro. Cuando trabajo con autores, veo todas las posibilidades del libro como un producto de su negocio, por lo tanto, no me limito al libro en papel. Prefiero ver cómo encaja la idea del libro dentro del plan del autor para ver qué formato le conviene más. Por ejemplo, para una persona que apenas comienza un negocio, puede ser mejor opción crear un blog en el que escriba todas las semanas. Ese blog le permite darse a conocer y, a la vez, va creando el contenido para un libro pues en un año habrá escrito alrededor de 52 artículos. El contenido del blog también puede ser en fotos y vídeos. Los vídeos se pueden transcribir para añadirle texto al libro. Entonces, con los esfuerzos bien dirigidos, el material del libro tiene muchas posibilidades. Al final de la sesión, ponemos las ideas en orden de prioridad para que la autora sepa por dónde comenzar. Y en el camino, estoy disponible por si necesita mi apoyo. Si deseas hacer una lluvia de ideas, escríbeme a: vigimaris@editorialnarra.com para reservar una cita. ¡Éxito siempre! Una manera de ver la producción de un libro es compararla con las estaciones del año.
Con el comienzo del año, muchas personas sacan tiempo para escribir resoluciones o hacer planes. Y muchas veces esos planes incluyen escribir un libro. Con cada estación del año, el tiempo se renueva y da oportunidades para alcanzar diferentes etapas de una meta y de esa manera también se puede trabajar la creación de un libro. Así como la naturaleza permite el desarrollo de la agricultura por etapas en las que se siembra, se nutre y se cosecha, en la vida de un/a escritor/a, se dan los equivalentes a la primavera, el verano, el otoño y el invierno porque escribir es producir. Por lo tanto, la producción de un libro también ocurre por etapas. La primavera es el equivalente al proceso creativo. Ese es el momento de pensar en el tema sobre el que se quiere escribir y por qué, así como los formatos en los que se puede presentar el contenido, sea un libro en papel, en PDF, un curso o un programa de consultoría. Si es una obra de ficción, aquí se trabajan las ideas principales y se describen los personajes. El verano es el momento para crear el contenido, o sea, disciplinarse para escribir. Es la estación para “vaciar” todo el conocimiento sobre el papel o en la computadora hasta completar un borrador al que se le llama “manuscrito”. Si es ficción, ahí se escriben las escenas. Durante el otoño, como ya existe el manuscrito con toda la información, es momento de editarlo. Editar es pulir el texto para que la lectura sea fácil. También es cuando se identifican incongruencias, texto que no tiene sentido, que sobra o que falta. Y es en el invierno, ya cuando va terminando el año, que se trabaja con la publicación del libro, que es buscar la manera de compartirlo con la audiencia. Eso incluye desde lo técnico de registrar los derechos de autor, diseñar la portada y la contraportada e imprimirlo hasta mercadearlo. Mercadear es cualquier esfuerzo que se haga para dar el libro a conocer. Realmente, la mercadotecnia comienza desde que se decide escribir el libro porque es importante que los lectores sepan que pronto sale el libro. Además, se puede compartir el proceso de producción del libro para que la audiencia se sienta incluida y dé sus recomendaciones, de manera que el libro atienda sus intereses. Así hay mejor probabilidad de ventas. ¿En cuál etapa estás? Escríbeme a: vigimaris@editorialnarra.com, si tienes preguntas y, con gusto, te oriento. Esta pregunta es un buen punto de partida, particularmente después de algún momento de inercia. Lo que me gusta es que funciona en muchas situaciones, por ejemplo: la cocina, un negocio o la vestimenta.
En la cocina, a veces quieres cocinar, pero no sabes qué hacer. Trabaja con lo que tienes y crea algo nuevo, quizás solo sea una modificación a una receta de siempre o puedes crear algo nuevo en tu menú. Esto es particularmente útil justo antes de hacer compra cuando solo quedan algunos artículos en la nevera o la alacena. En los negocios, la idea es crear algo con lo que sabes y lo que tienes, sin necesidad de invertir. O sea, aprovechar los recursos que tienes sin gastar dinero que tal vez no tenías presupuestado. Si ya tienes una dirección de Internet, úsala; no gastes demás cuando ya tienes un recurso disponible. Hasta en la vestimenta es útil la pregunta de qué hago con lo que tengo pues a veces crees que necesitas comprar más cuando una combinación nueva te ayuda a lucir las piezas que ya tienes. Piensa que las puedes usar con otros accesorios o para actividades o lugares diferentes y siempre tendrás opciones. Mi amiga, Estilo Kamaleónika, es tremenda en ayudarte a lograrlo. Ahora te toca: ¿qué puedes hacer con lo que tienes?
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la editoraLa autora de este blog, Vigimaris Nadal-Ramos, es también la dueña de Editorial Narra, una empresa puertorriqueña que brinda servicios editoriales y apoyo a los autores independientes durante el proceso de autopublicación. Aquí leerás artículos de interés para autores. Se publican artículos nuevos todos los domingos.
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Abril 2020
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