Cuando me invitan a dar una conferencia, sigo esta fórmula:
Una vez defino esos dos elementos, escribo la conferencia con mi audiencia en mente. Para contar una historia personal o profesional incluyo ejemplos y los ejemplos que no son iguales si me dirijo a una comunidad de padres que si le hablo a un grupo de empresarias. Lo próximo que identifico es qué quiero que la gente se lleve de mi mensaje y cómo la quiero hacer sentir en el proceso. Si deseo que mi mensaje sea de inspiración, al final del mensaje puedo decir “lo que quiero que te lleves de mi mensaje hoy es…”. Las historias son entretenidas y capturan la atención de la audiencia. Sin embargo, si la historia es muy larga, la audiencia puede perderse en los detalles y olvidar el mensaje. Por lo tanto, decirle abiertamente en el cierre “esto es lo que quiero que te lleves” ayuda a la audiencia a grabar el mensaje principal que comparto. El tercer componente que hace que una historia sea entretenida es compartir un secreto. Cuando digo “secreto” me refiero a algo que explique cómo superaste una dificultad. En este caso, no es necesario decir “mi secreto es” sino que de alguna manera compartas algo que es único en tu vida o en tu rutina diaria. Por ejemplo, recientemente compartí que uno de mis “secretos” es que escribo todos los días. Esa práctica me permite organizar mis pensamientos y trazar mi plan para el día. Otro “secreto” puede ser algo que aprendiste en una clase, un truco de cocina que facilita tu vida o la manera en que planificas la ruta de tus diligencias los sábados en la mañana. Para esto, debes partir de la premisa de que tú sabes algo que nadie más sabe. Pregúntate: “¿qué hago diferente o qué hago que es solo mío?” A veces, damos por sentado esos pequeños “secretos”, sin embargo, son ellos los que nos hacen seres únicos. No siempre se tienen que compartir, pero de vez en cuando encontramos uno de esos “secretos” que realmente podría inspirar a nuestra audiencia y en ese caso, es bueno compartirlo. Te invito a reflexionar sobre estas ideas, adoptes las que entiendas que te ayudarán a escribir tus conferencias, descartes las que no van con tu estilo e identifiques tu propia fórmula para escribir conferencias. Si necesitas ayuda, escríbeme a: [email protected]. Será un placer apoyarte.
4 Comentarios
Quizás llevas algún tiempo en mi blog y has leído sobre diferentes temas relacionados con la publicación de libros. Aquí resumo algunos de los servicios con los que te puedo ayudar. Si necesitas algo que no está en la lista, escríbeme y lo evalúo.
Puedo:
Cada vez que recibo un correo electrónico, independientemente de si es una promoción o un mensaje personal, siento que alguien se acordó de mí y me escribió. Por eso digo que el email me hace sentir querida. Aun cuando sea un mensaje de promoción, pienso en el tiempo que esa persona dedicó a redactarlo, editarlo y a crear el producto o el servicio que ahora me ofrece. Ese esfuerzo no debe pasar desapercibido. No significa que compro todo lo que recibo en promoción, pero sí respeto a esa persona que se tomó el tiempo de brindarme alguna información porque hasta en los mensajes de promoción hay algo que aprender, sea porque esa persona comparte una experiencia o porque regala algunos consejos que puedo aplicar fácilmente a mi negocio.
Entonces, contrario a molestarme cada vez que me llega un correo de promoción, lo leo y analizo por qué me llegó y qué puedo aprender de él. Escojo bien las listas a las que me uno, por eso cuando me llegan los mensajes, me agradan. Así he aprendido muchísimo sobre los negocios, sobre cómo escribir libros, sobre la marca personal y sobre estrategias de mercadotecnia. En fin, mi mensaje es que debemos ver la vida como un constante aprendizaje y cada uno de esos correos electrónicos tiene la posibilidad de enseñarnos algo —si lo leemos con los ojos correctos—. ¿Qué has aprendido y aplicado de alguno de los mensajes que te ha llegado por correo electrónico? A juzgar por el silencio de mi blog, pareciera que he tenido writer’s block durante las semanas recientes. Sin embargo, confieso que sí he estado escribiendo durante este tiempo… lo que no he hecho es editar. ¿Significa, entonces, que tengo editor’s block? No sé si eso existe. Y tampoco recuerdo haberlo experimentado antes. En estos días, encontré varios borradores de artículos para mi blog que comencé, pero no terminé. Me estuvo curioso porque en artículos anteriores he compartido ideas para romper el writer’s block y, hoy, jocosamente me estoy preguntando cómo salir del editor’s block.
Te cuento que me he sentado varias veces a editar los borradores; sin embargo, por alguna razón siento que no están listos para publicar. Quizás es que, como los libros, hay un momento para cada artículo y el momento de esos artículos no ha llegado. Prefiero pensar eso a pensar que me he quedado sin inspiración. No obstante, me daré el beneficio de la duda y te pediré ayuda. Digamos que me quedado sin inspiración. En ese caso, me puedes ayudar haciéndome preguntas acerca de cómo convertirte en autor/a o sugiriendo temas que te gustaría explorar en este blog. Sea porque no es el momento para algunos artículos o porque me he quedado sin inspiración, la verdad es que espero con este artículo salir de ese estancamiento y actualizar mi blog semanalmente, como suelo hacer. Tus preguntas y comentarios me ayudarán a salir del estancamiento porque puedo reenfocar los artículos que tengo para contestar tus preguntas. Agradezco tu ayuda, tu apoyo y tus preguntas para continuar mi labor como editora. Como ves, sé lo que es estar en tus zapatos como autor/a, por eso estoy aquí para apoyarte pues juntos surgen más y mejores ideas. Escríbeme a: [email protected]. Te espero. Y gracias. |
la editoraLa autora de este blog, Vigimaris Nadal-Ramos, es también la dueña de Editorial Narra, una empresa puertorriqueña que brinda servicios editoriales y apoyo a los autores independientes durante el proceso de autopublicación. Aquí leerás artículos de interés para autores. Se publican artículos nuevos todos los domingos.
Archives
Abril 2020
Categories
Todo
|