Recientemente, di un taller para identificar nuevos usos para los escritos académicos. Mi propósito era ayudar a los participantes a identificar oportunidades para compartir sus escritos, que mayormente son presentaciones y monografías, pero que pueden incluir escritos de carácter personal. Comencé por identificar tres tipos de escritos:
Luego, les di opciones para compartir sus escritos e hicimos un ejercicio de análisis para identificar las oportunidades de publicación que tenían sus escritos. En el caso de los escritos académicos, identificamos reseñas, monografías, críticas literarias, ensayos y presentaciones, como las más comunes. Es posible modificar ese tipo de escritos para publicarlos en revistas académicas, literarias y profesionales, medios sociales dirigidos a profesionales de campos particulares, presentaciones en convenciones y plataformas que se dedican a curar contenido. En el caso de los escritos personales, identificamos los diarios (journals), la poesía, los cuentos y hasta las listas de sueños, llamadas en inglés “bucket lists”. Estos se pueden compartir en blogs propios o ajenos (si permiten colaboraciones) y libros. También hice la salvedad de que no todo escrito es para compartir, algunos son para permanecer en una libreta para uso personal. Además, hablamos de los escritos empresariales. Les llamé así, no por su contenido, sino por el uso que se les da. Hablé de usarlos como infoproductos: una manera de compartir su conocimiento que les permite crear productos que pueden vender. Por ejemplo, una idea puede convertirse en un libro, un taller, un artículo para público general, vídeos, audios, guías en PDF, un blog o un manual de ejercicios, entre muchas otras opciones. La idea es ver qué oportunidades tiene ese tipo de escrito para venderse a un público especializado o general. Así, pueden no solo compartir su conocimiento y su trabajo, sino generar ingresos adicionales. Terminamos con un ejercicio en el que pedí que hicieran un inventario de los escritos que tienen. Ese inventario era una lista de títulos de cada trabajo que recordaran. Luego, al lado de cada título, debían identificar el formato en el que podrían publicarlo. Por ejemplo, la presentación que hicieron en una clase es fácil de modificar para presentarla en una convención y una poesía tiene la posibilidad de publicarse en un blog literario. La idea era que cada participante identificara otras posibilidades para los escritos que tiene guardados. Y mejor aún, que decidiera con cuál comenzar. De esa manera, al salir del taller, podría dar el primer paso para compartir su escrito. Para identificar con cuál escrito comenzar, ofrecí tres opciones:
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la editoraLa autora de este blog, Vigimaris Nadal-Ramos, es también la dueña de Editorial Narra, una empresa puertorriqueña que brinda servicios editoriales y apoyo a los autores independientes durante el proceso de autopublicación. Aquí leerás artículos de interés para autores. Se publican artículos nuevos todos los domingos.
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